Relatos de Esparto

Wednesday, February 14, 2007

TODOS LOS SANTOS

La verdad es que era un cuadro. Los cuatro, sentados en el banco primero, ante la siempre inquisidora mirada de D. Norberto. Día uno de noviembre, en este caso, día de los apaleados sin causa.
Yo, una raja en la frente. Juanillo, los dos ojos morados como berenjenas. Luisín, una costilla rota y Pedro..., ni se sabe porque, como tiene los pies planos, es el que menos corría.
D. Norberto, más implacable que nunca, quería hacer carnaza de cuatro angelitos. Lo cierto es que, ante sus pesquisas por saber la causa de nuestro lamentable aspecto, la respuesta fué unánime: todos nos habíamos caído, uno de la cama, otro de la fuente, otro..., en fin, encima nos castigó, por no decir la verdad, según él, a escribir cien veces "no mentirás jamás".
Todo empezó veinte dias antes. No sé por qué, pero en la noche del día uno de noviembre, había que dar "sustos", siempre vestidos de "pantasmas". El "uniforme" siempre era el mismo: una sábana con ojos y una calabaza hueca, debidamente horadada y con una vela dentro, amarrada a la cabeza con una tomiza.
Los pacientes del "susto" eran todos los años los mismos: la boticaria, el hermano Juan "el jorobao" y cinco o seis personas más, muy de iglesia que, cada vez menos, se creían se les aparecía "el pantasma" de sus ancestros.
Esa noche, fría y negra como boca de lobo, lo teníamos todo preparado. Los cuatro de la refriega, como era lógico, saltando por las ventanas, nos encontramos, a las once, en la chopa del Parador.
Encendidas las velas y empezando por la casa de la boticaria, fuimos dando los cada vez menos "sustos", hasta el punto de desmoralizarnos.
Pensando en dejarlo para años venideros, pasando por el Callejón del agua, totalmente a oscuras, con nuestras calabazas encendidas, pero con las velas al borde de la extinción, como comitiva macabra, al fondo, divisamos una silueta renqueante que no dudamos fuese de algún borrachín, recién salido de la taberna del Honorio, víctima propiciatoria de nuestra chanza, a quien le haríamos que sus alucinaciones alcohólicas le hicieran probar las del "más allá" de sus difuntos.
Esa silueta se agrandaba cada vez más. Nuestra cercanía no parecía amedrentarle. A mí, concretyamente, esa actitud me enfureció; no en vano, éramos como cadáveres ambulantes, casi frustrados, de vuelta a casa y con nuestra última oportunidad de "susto". Era una pieza fácil.
La táctica estaba clara: rodearlo, saltar, aullar y salir corriendo. Pero allí falló algo. Cuando nos acercamos y la silueta tomó forma humana, vimos que no venía renqueante ni borrachín. Era el hermano Eufrasio, el pastor, con su garrota, que volvía de dar su paséo nocturno.
Pero ya estábamos allí, rodeándolo, aullando como locos y saltando como endemoniados. Lo que pasó despues es algo inenarrable. Nunca había visto volar, con tanta soltura, un garrote.
Las calabazas volaron al primer envite, las velas..."ni pa qué". Pero lo peor quedaba por suceder.
Nunca pude suponer que el hermano Eufrasio, con todos los años a su espalda, tuviera tanta agilidad. Los garrotazos nos llovieron por doquier, al grito encolerizado de "os voy a dar una somanta...!"
Y vaya si nos la dio...!
Habíamos quedado en la chopa para celebrar nuestra aventura. Yo no aparecí y los demás tampoco. El resultado no pudo ser más nefasto: apaleados, castigados y pensativos por ver la injusticia con que la vida nos trató, total, por intentar dar unos sustos inocentes...
Greco

6 Comments:

  • At 1:37 AM, Anonymous Anonymous said…

    Don Norberto no, pero la Madre Mª Paz, sí que nos hacía copiar cien veces, "no hablaré en clase",...(vaya sueño el de la monja...).
    Qué iba a ser de la historia de algún pueblo, sin las andaduras de estos mequetrefes, -en el fondo angelitos- y que ahora con tanto esmero descriptivo, nos plasma el de la raja en la frente...
    Aplausos una vez más
    Azar

     
  • At 7:51 PM, Anonymous Anonymous said…

    Dime, Greco, ¿son vivencias o "sacaos·? De cualquier forma te transportan al pasado como si fuera ayer. Haznos recordar y reir que a más de uno le hará pensar que lo ha vivido en carne propia.

    Laser

     
  • At 8:24 AM, Blogger Greco said…

    En todos sitios creo que habrá habido una Madre Mª Paz, Azar.
    LASER, que sí, que estas cosas han sucedido en la España profunda en tiempos no tan lejanos.
    Gracias por vuestra visita.

     
  • At 12:36 PM, Anonymous Anonymous said…

    La Madre Mª Paz Matilla, era o es -supongo que está viva, era muy joven- de León, jejeje.

     
  • At 11:30 PM, Anonymous Anonymous said…

    Tus relatos son una maravilla Greco!

    Bruma

     
  • At 12:39 PM, Blogger Greco said…

    Me alebro, Bruma, de que te sigan gustando mis relatos.
    Gracias por visitarme.

     

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